Un uno de enero, de un año 2012, te hice una pregunta. Pregunté si pasarías el resto de tus días conmigo; Y respondiste sí.
Ahora, en un presente un poco más futuro que aquel presente pasado, los días se me presentan difusos. Estoy atrapada en un presente que no se mueve, un tiempo parado en mitad de la nada, en mitad de un todo, de la existencia de ese tiempo y del tiempo que pasa en sí. Me he dado cuenta de que la vida va con pilas y estas se agotan sin previo aviso, de que tal vez ese tiempo detenido no está detenido y todo fue un engaño de sus ojos... O quizá de su sonrisa.
Ahora, en una realidad muy distinta, todo nuestro mundo se viste de matices negros. Mis sentimientos golpean las paredes de mi pecho intentando salir y la lluvia en mis pestañas se vuelve tormenta. Las noches son pesadillas y los días pesadillas con más luz.
Ese pretérito imperfecto, en el que tan sólo bastaba con que nos quisiéramos el uno al otro, me parece un recuerdo borroso.
Sé que nos es fácil estar a mi lado, que pierdo los estribos muy facilmente y que convives con mis múltiples personalidades. Sé que es difícil imaginar un día a día parecido tal y como están las cosas. Sé que sufres con estas situaciones, y que sólo deseas que no vuelva a pasar algo así; que quieres que todo vaya bien.
Pero a veces, amor, las cosas no van bien. A veces, por mucho que intentas controlar ese yo interior que lucha por salir con todas sus fuerzas, es inevitable que consiga escapar y hacer de las suyas; que es muy complicado reír cuando algo te afecta y callar cuando quieres gritar. Que te quiero, ante todo, y como tú bien dijiste, eso no debes olvidarlo nunca.
Me cuesta respirar cada vez más, por lo cual te pedí que acabaramos con esta agonía lo antes posible. Pero no ha sido así, y ahora mi pecho está repleto de huecos en los que faltan sonrisas y felicidad.
No sé cómo hemos llegado hasta este punto, amor. Tampoco sé cómo saldremos de él. Pero confío en ti, y en mí. Confío en lo que siento, y también en mi fuerza para luchar hasta el último momento. Así que por favor, por favor... No desistas. Ama mis defectos y yo haré lo mismo con los tuyos, ríete de mí, yo de ti, y ambos de nosotros mismos.
Te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario