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Existe un lugar distinto a cualquier otro, un país de maravillas, de misterios y de peligros. Dicen que para sobrevivir en él hay que estar tan loco como un sombrerero. Por suerte... Yo lo estoy.

viernes, 31 de diciembre de 2010

365




Hoy, último día. 365 historias diferentes, 365 sueños, 365 emociones. Tú, en cada uno de ellos. Impenetrable, nunca desapareces.

Miles de caminos diferentes que siempre me han llevado a ti. Minutos sin fin en los que intenté caer en el olvido... Imposible. Nunca desapareces.

Dime, pues, ¿qué debo hacer ahora? Dices que este año será mejor, lo sabes. Pero, ¿qué hay de mí? Olvidarte ha estado siempre en mis espectativas fallidas, en mi lista de nuevos propósitos, en mi vida alejada de lo que fui a tu lado. Pero, una vez más, la agonía de saberte dentro de mí tan profundamente me hunde. Lágrimas en soledad, tú, la eterna espina clavada en mí.
Nunca desapareces.

Dejemos, entonces, el constante intento de olvidarte. Puede que sea verdad y que en estas 365 nuevas oportunidades haya una para mí. Para nosotros... Si es que existe ese nosotros.

Así que olvidaré, dejaré todo lo que sufrí atrás y empezará la nueva era, contigo o sin ti. No importa, sencillamente sentiré lo que tenga que sentir y haré lo que tenga que hacer.


Te quiero, aunque nunca desaparezcas.

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